El 8 de enero de 1913 la corporación municipal encabezada por el alcalde Isidoro de León y Arreguia, hombre del oligarca e industrial Juan Tomás Ganadarias, da luz verde a las negociaciones con los propietarios de la empresa eibarresa “Esperanza y Unceta” (lo que a la postre sería “ ASTRA, Unceta y Cía.”) que como la mayoría de los talleres de la villa armera fabricaba pistolas, para proponerles el traslado de la misma a Gernika.

Ese fue el inicio de la industrialización de Gernika y su comarca, un área que con el correr del tiempo llegaría a ser un referente en la industria vasca, española y mundial. También fue el inicio de una relación entre Gernika y Eibar que se ha mantenido en el tiempo, aún insospechada por muchos de sus ciudadanos. Fue un episodio más del nacimiento de nuestra identidad y sociedad actual que conforma nuestra idiosincrasia como pueblo y nos ha identificado en nuestra singularidad.

Fue también el encuentro de dos mundos antagónicos; uno el mundo rural, tradicional, religioso, muy respetuoso con la autoridad, orgulloso de su pasado y de los fueros; el otro el mundo de la revolución industrial, del movimiento obrero, del librepensamiento, que cree firmemente en la igualdad del hombre y en el perjuicio de la iglesia... la tradición frente al progreso. El siglo XVIII frente al siglo XX . El poder tradicional contra el poder popular, la piedra contra el hierro.

La huelga que los obreros eibarreses de “Esperanza y Unceta”, con su fuerte conciencia obrera, su asociacionismo, su espíritu de lucha y sacrificio, su librepensamiento y su generosidad. Los hechos acaecidos en aquel otoño de 1913 en el solar foral, el desarrolló de los mismos y su final. Es el paradigma de ese encuentro entre dos sociedades, no tan lejanas en distancia, pero muy distantes en pensamiento y filosofía de vida.

Puesta de la primera piedra del pabellón de "Esparanza y Unceta".

Guernica 1913. La realidad y la ficción.

Fachada trasera de ASTRA, fábrica de creación en la actualidad.

Cien años después lo que entonces nacía hoy está en crisis. La pujanza industrial que tanta riqueza trajo, hoy se desmantela ante la mirada del pueblo incapaz de reaccionar. El espíritu solidario e igualitario, la conciencia social, la dignidad de obreros libres y conscientes, la búsqueda de la emancipación de clase, todo aquel imaginario de la lucha de clases y del movimiento obrero se ha perdido y nos encontramos con una sociedad que no es capaz de articular una respuesta válida ante el desmantelamiento de un sistema de garantías sociales que ha logrado el desarrollo de una importante clase media y el poder alcanzar, para la inmensa mayoría de la ciudadanía, un relevante bienestar.

Los Txisperuak de “Esperanza y Unceta” se vuelven a Eibar con sus familias cuando al no poder llegar a un acuerdo válido con sus patronos, al perder la huelga. La integridad de sus ideas les lleva a dejar a unos compañeros en la fábrica para enseñar el oficio de la pistola (su oficio) a los nuevos obreros de Gernika que ocuparán sus puestos.

La magnifica perspectiva que el tiempo nos ofrece nos permite poder ver el desarrollo de aquellos hechos, aquellas situaciones y aquellas ideas. Cien años de sucesos de todo tipo, cien años de vida que han hecho pasar de la Guernica de 1913 a la Genika de 2013 y por extensión de aquel país al actual, de aquel mundo a este.

Este trabajo dramático de Banarte Antzerki Taldea está basado en el estudio histórico “Gernika-Lumo, 1913. Industrialización, movimiento obrero y conflicto social: la huelga de “Esperanza y Unceta”” que en el año 2.000 publico Gernikazaharra Historia Taldea y realizó José Ángel “Txato” Etxaniz Ortúñez.

En él se cuenta el origen de la industrialización de Busturialdea, el traslado de “Esperanza y Unceta” a Gernika, las reticencias y actuaciones sobre el mismo, como la carta publicada bajo el título de “Gérmenes disolventes” en primera página del periódico “El Pueblo Vasco” el 1 de febrero de 1913 y firmada por “Hortensio” (Carmelo Echegaray). El papel jugado por la plutocracia industrial, el asociacionismo precursor de los sindicatos actuales con la figura de la “Asociación de Obreros ”, la iglesia y su influencia social, la mujer como pilar básico de la sociedad y el contraste con la situación de penuria y crisis (social, política y moral) actual.

Una historia de ficción engarzada en hechos reales que son expuestos con la máxima y más escrupulosa veracidad. El origen de nuestra propia idiosincrasia que nos define como pueblo. La eterna confrontación de clases, la eterna lucha por el bien común y la justicia social, el sacrificio solidario y el valor de la dignidad. Un relato, que ambientado en un lugar concreto en un tiempo concreto traspasa esas barreras haciéndose universal y atemporal.

Juan Esperanza y Juan Pedro Unceta con los hombres fuertes de Gernika.

Fotografía real que recrea una escena de la obra.

“Guernica 1913” expone ante el espectador el hecho mismo del nacimiento de la sociedad vasca actual donde la industria se ha convertido en una cuestión identificacatoria, donde los valores del Movimiento Obrero y las luchas de clase mezclados con la tradición secular han dado un carácter de grupal claramente diferenciado del resto de las comunidades vecinas, propio de las sociedades modernas y posindustriales.

Pero si el contexto histórico es relevante, donde la actividad de los industriales emprendedores revolucionaron hasta el paisaje de nuestra tierra, no lo es menos el hecho mismo de la huelga de los obreros eibarreses de “Esperanza y Unceta” en Gernika en el otoño de 1913. Justamente ese hecho es el encuentro de dos realidades, de los dos ingredientes fundamentales de lo que ahora somos.

La huelga de los eibarreses en Gernika tiene un final épico que la hace un hecho relevante y significativo. El alto grado de conciencia social y política que muestran los obreros de “Esperanza y Unceta”, manifestado en sus comunicados y en la creación inmediata de su “Asociación de Obreros Pistoleros”, así como su abnegación al sacrificio propio en pro del bien común hacen que los hechos históricos adquieran una proyección relevante y ejemplar.

Tienen claro que el ceder ante las pretensiones de los patronos no solo perjudicaría a los que están en huelga, sino a todos “Txisperuak”. Tienen claro que en la unidad de los trabajadores está su fuerza y que el camino hacia la emancipación de la clase obrera es un camino de sacrificio, pero están dispuestos a él por sus ideales de “dignidad” de “libertad” y de “conciencia”.

“Por nuestra dignidad de obreros libres y conscientes habremos de mantener ahora y siempre el holocausto de la idea atenta de nuestra emancipación. A ti nos dirigimos, noble pueblo de Guernica, para que imparcialmente, juzgues nuestra conducta enfrente de la tiranía de que se nos quiere hacer objeto. ¡Pueblo tienes la palabra!”

El hecho de dejar un reten por un tiempo para enseñar el oficio a los nuevos obreros de Gernika, que iban a ocupar los puestos que ellos dejaban, es muestra del alto grado de conciencia política y social que tenían.

En “Guernica 1913” se contrasta la situación social actual con la de hace 100 años. La perdida de valores solidarios y del procomún, la perdida de la conciencia de clase, del propio concepto de “dignidad” que se ha cambiado por el del “beneficio propio” y por el “todo vale”. La inversión con visión de futuro y de desarrollo del territorio y de la mejora del bienestar del pueblo, sin negar el beneficio económico que los industriales emprendores de entonces también obtenían, con la ganancia inmediata y fácil que únicamente busca un enriquecimiento rápido basado en la especulación y no en la producción, están dejando una situación de desindustrialización, que 100 años después contrasta con aquellas iniciativas de creación de riqueza.

Las insalvable barreras que se alzaba entre las clases hace 100 años ha sido derribada en la actualidad gracias al desarrollo de una gran clase media que disfruta, al menos hasta el momento, de un estado de bienestar que facilita la igualdad y la relación entre lo que antes eran mundos diferentes.

Obreros a la puerta de la fábrica de Juan Esperanza y Juan Pedro Unceta en Gernika.

Programa de las fiestas de San Juan de 1913, aprovechadas para el traslado de la fábrica a Gernika.

Desfile de autoridades hacia la Casa de Juntas.

Aún cuando los tiempos cambian y las ideas se trastocan. Aún cuando la tiranía de los dogmas religiosos se ha mitigado y la sociedad se ha hecho más tolerante, el ser humano mantiene sus problemas y sus circunstancias eternas. En “Guernica 1913” Arrate y su embarazo reflejan estas cuestiones propias del ser humano y que no han variado con el tiempo y el progreso.

Arrate está en ese estadio de la vida en el que se comienza a desarrollar una propia familia, una propia vida. Un camino independiente al del núcleo familiar. La rapidez del paso del tiempo que hace que los niños y niñas se conviertan en hombres y mujeres sin que los padres se den cuenta de ello.

La costumbre social y su peso en el individuo, la obligación de acatar las normas del “grupo” al que se pertenece por el mero hecho de que somos seres sociales, algo impermeable e inmutable al paso del tiempo.

“Guernica 1913” tiene a Justina como su personaje principal, es ella y no su marido, el “Txisperuak” Fermín, quien defiende ante los “enemigos” de clase los fundamentos de la dignidad obrera y de las ideas de libertad e igualdad. Una mujer fuerte, que es la sostenedora del hogar y con él de la sociedad.

Trabajadora incansable dentro de su casa, no solo con el trabajo familiar, sino también con el trabajo para fuera en búsqueda del complemento económico (y más en tiempo de el huelga cuando la principal entrada de recursos ha desaparecido).

Trabaja en una labor clásica eibarresa, hace damasquinado. Arte donde se mezcla, como en episodio que contamos en la obra, dos materiales tan diferentes como el acero y el oro para obtener una joya.

Mujeres trabajando en la fábrica.

Estación de ferrocarril de Eibar.

El papel del fundamento estructural que la mujer realiza en nuestra sociedad no ha variado. Si bien el acceso a la educación y al trabajo fuera del hogar le han brindado una independencia económica que antes no poseían. Independencia que les permite un desarrollo amplio como persona y no a la sombra del hombre.

La mujer mantiene, ahora como antes, la atención del hogar. Mientras que el hombre se resiste aún a hacerse cargo de la responsabilidades hogareñas, la mujer ha sido capaz de mantener estas como propias y abrirse a la sociedad como ser autónomo e independiente. Aún entrando, muchas veces, en contradicción con el hombre y con sus convicciones fuertemente enraizadas incluso por encima de la conciencia social y política de este.

Desde el siglo XXI y una sociedad desarrollada donde el analfabetismos es un recurso antiguo, desde un mundo comunicado e informatizado, donde la información la tenemos en nuestra mano, en nuestra casa cuesta entender la importancia de la iglesia en la sociedad. Pero solo hay que ponerse en un altar o subirse en un púlpito de cualquiera de nuestros templos para darse cuenta del poder que el cura, la iglesia tenía.

Una sociedad donde pocos sabían leer y escribir, donde no había ni radio o televisión, donde el cura conocía lo más íntimo y escondido de cada uno de los ciudadanos y se alzaba con la verdad absoluta y la autoridad que Dios con su gracia le había otorgado, tanto a él como al resto de los gobernantes.

En este contesto se puede entender la importancia de los mensajes que desde los púlpitos de lanzaban,. El importante papel de control que la iglesia tenía sobre la ciudadanía y como esas evidencias no eran despreciadas desde las instancias del poder.

Don Bonifacio Ormaechabarria arcipreste de Santa María de Guernica en 1913.

Iglesia parroquial de Santa María de Gernika.

En “Guernica 1913” es el cura párroco de la iglesia Santa María de Guernica, Don Bonifacio, quien acude a convencer a Justina para parar la huelga. Quien defiende la tradición, la estructura social basada en la autoridad que emana de Dios, contra la igualdad en la que viven los eibarreses. También da muestra del control social, pidiendo información a su colega eibarrés sobre los “txisperuak” y sobre la propia Justina así como la utilización del púlpito para la creación de opinión.

“Guernica 1913” cuenta los hechos que suceden un día en el hogar de Fermín Larragoicoa y de Justina Garate que se han establecido en Guernica con su hija Arrate a raíz del traslado de la fábrica “Esperanza y Unceta” desde Eibar. Ese día no es un día cualquiera, es el último día de una larga huelga.

Un huelga con espectadores, el pueblo de Gernika, con sus dos bandos, los “Txisperuak” de la Asociación de Obreros Pistoleros de Guernica y Luno frente a Juan Esperanza y Juan Pedro Unceta, dueños de “esperanza y Unceta” junto a todos lo poderes tradicionales, el capital, los industriales Gandarias y Pradera, la iglesia… Justina tendrá que hacer frente a la noticia del embarazo de su hija Arrate y se enfrentará al cura párroco, Don Bonifacio Ormaechebarria, que acude a ella par intentar romper la huelga desde dentro.

Como contrapunto de lo que sucedió en 1913, cien años después se producen idénticas situaciones que tienen resoluciones diferentes, aunque algunos problemas se mantienen como testimonio de la eternidad del sentir de los seres humanos. Los protagonistas son descendientes directos de aquellos hombres y mujeres de 1913.

El desarrollo económico y social igualan las diferencias entre las clases sociales produciendo una sociedad más igualitaria pero más desconcienciada.

1913_

• Justina Garate_ Dolma Romera (web).
• Fermín Larragoicoa_ Jon Urbano (web).
• Arrate Larragoicoa_ Vanesa Rodríguez (web).
• Don Bonifacio Ormaecheverría_ Rafa Herce.

2013_

• Borja Gandarias_ Eduardo Pombar (web).
• Nagore Landaburu_ Dolma Romera (web).